domingo, 29 de marzo de 2009

21 días fumando porros. Me lo expliquen por favor.

Casualmente me encontraba yo en casa el viernes por la noche (y digo casualmente porque... raro... la verdad) cuando también casualmente llegaron a mis oídos las siguientes palabras: "Samanta Villar vive en primera persona los efectos de la droga ilegal más consumida del mundo". Es cierto que había oído rumores pero no les había dado demasiado crédito. Pero sí, era cierto, los señores de Prisa siguen con la tónica del morbo, y tras el programa de los yonkis pudimos disfrutar de una nueva sesión de estupideces disfrazadas de "periodismo de investigación".

Pero en esta ocasión no se han limitado al ya célebre: "¿Y usted qué se está metiendo? ¿Y usted porque se droga? ¿A caso no tiene a nadie que le quiera?". En 21 días fumando porros los señores de Prisa han mandado a esta chica a que se pase tres semanitas fumando cannabis para que nos cuente sus experiencias con esta droga. Mi primera reacción fue... bueno, démosle un voto de confianza a la chica. Lo de 21 días durmiendo en la calle era un comienzo un tanto ambicioso y puede que en esta nueva entrega las cosas mejoren un poquito. Nada más lejos de la realidad. Para los que esperabamos un retrato más o menos fiel de lo que supone el consumo de estas sustancias, el programa supuso una gran decepción. Y es que la mencionada Samanta Villar no hace otra cosa que fingir una gran melopea continua y, a ratos ríe, a ratos nos cuenta la gran ansiedad que le está entrando.

Todo esto alternado con entrevistas a consumidores habituales que, por así decirlo, no dan el perfil de consumidor que mi experiencia me dice que es el más común. Un ejemplo que me parece muy gráfico es el de una señora de unos 60 años que cultivaba su propia marihuana y que básicamente la usaba para todo. Es decir que lo mismo se la fumaba que se hacía una infusión, que la utilizaba como tónico muscular (¿?). Siento informaros, queridos lectores, que personas como esta señora... hay pocas, y el consumo de cannabis dista bastante de lo que pudimos ver en Cuatro el pasado viernes 27 de marzo.

Del mismo modo, las explicaciones médicas que se dan en el ¿documental? ¿reportaje? (no lo tengo claro, tendré que revisar mis apuntes, o quizá sean los señores de Cuatro quienes deberían hacerlo) son un tanto... innecesarias. Hasta el más inculto fumetilla de barrio sabe de los efectos que el hachís y la marihuana pueden tener a largo plazo. Hasta el más yonki entre los yonkis sabe de los efectos adictivos de estas sustancias. ¿De verdad era necesario que un tío con bata nos explicara lo malos que son los porros? Lo dudo mucho. Yo lo veo como una nueva oportunidad perdida para reflejar una cultura, la que va asociada al consumo del cannabis, que continúa ganando importancia en nuestro país y en todo el mundo. Señores de Prisa, tengan cuidado, o su canal de televisión acabará siendo conocido como la Tele de los Yonkis.

Aquí os dejo la promo, bastante gráfica por cierto. También está en YouTube el programa completo pero no estoy muy seguro de que merezca la pena.


domingo, 22 de marzo de 2009

Pretty Little Ditty, Chapter#1

A veces dar nombre a una obra es más díficil que crearla. Se trata de captar la esencia de algo y expresarla en una palabra o una pequeña frase. Por ello como primera entrada creo necesario explicar el por qué del nombre de este blog. Así que ahí va.

Los años 80 fueron unos años muy locos. Tremendamente locos, de hecho. Y fue a finales de esa década cuando en un pequeño local de ensayo de Los Ángeles tres personas se reunían con un objetivo muy sencillo, hacer música. Esos tres jóvenes era John Anthony Frusciante, Michael Peter Balzary y Darren Henley. Una guitarra, un bajo y una bateria. Nada más. Horas de improvisaciones surgidas de la genialidad y el virtuosismo a los que el resto de los mortales solo podemos soñar con aspirar. Una genialidad quizá potenciada por determinadas sustancias (sustancias de las que en el futuro nos ocuparemos), y un virtuosismo autodidacta que quizá algunos teóricos no consideren como tal. Pero, al menos desde mi punto de vista, genialidad y virtuosismo al fin y al cabo.

Bien. Esos tres jóvenes eran Flea (bajista de los Red Hot Chili Peppers), John Frusciante (¿evidente no? Guitarrista de RHCP desde el 89 hasta la actualidad), y D.H. Peligro (batería de los Dead Kennedys y durante un brevísimo período de tiempo, también de RHCP). Estoy absolutamente convencido de que esas improvisaciones darían para grabar miles y miles de horas de música. Pero sólo un minuto y 36 segundos acabarían reflejándose en un disco. (Mother´s Milk Capitol/EMI 1989). Un breve tema instrumental que desde mi punto de vista consigue captar la esencia de la improvisación. Músicos que se reúnen para dejar fluir sus espíritus a través de sus instrumentos. La pregunta es, ¿cómo nombrar esa esencia? Qué más da. Lo verdaderamente importante es que la obra creada tenga alma. De ahí que ese minuto y 36 segundos lleve por título simple y llanamente Bonita Cancioncilla. Pretty Little Ditty.

Deséenme suerte primeros lectores. A modo de compensación por haber leído hasta aquí os dejo el siguiente video. Directo de los Chili Peppers allá por 1990. Merece la pena, ciertamente es una bonita cancioncilla.