sábado, 13 de junio de 2009

The Empyrean, último disco de John Frusciante

No mucha gente conoce a John Fusciante en su faceta de solista,al márgen de los Red Hot Chili Peppers, pero lo cierto es que ha publicado, desde 1994, nada menos que 10 discos en solitario. Sus trabajos sin Kiedis y compañía tienen poco que ver con el sonido al que nos tiene acostumbrados, que se acerca al rock experimental con influencias de la música electrónica, el new wave, el new jazz y todo lo que lleva delante new.Básicamente se trata de un músico auténtico, con inquietudes y que busca explorar nuevos caminos sin dejarse nuevos caminos sin dejarse atar por ningún estilo en particular.

Reducir a unas pocas líneas la música de John Frusciante es evidentemente imposible. Creo que lo más apropiado es ir poco a poco, y por eso hoy sólo voy a ocuparme del más reciente de sus trabajos, The Empyrean (Record Collection, enero de 2009)
.
Lo cierto que es el sonido de The Empyrean ha sorprendido incluso a quienes han venido siguiendo la discografía de Frusciante. Y es que a cada nuevo disco que lanza se adentra más en el terreno de lo experimental en esa cosa tan abstracta a la que llaman rock. Un camino que inició hace más de una década a través de proyectos en solitario con los que pretendía dar rienda suelta a una serie de inquietudes musicales que no tenían cabida en la música de los Chili Pepperss, pero que poco a poco también se han ido incorporando dentro de los trabajos de la banda californiana.

Pero es en solitario cuando Frusciante se adentra realmente en su mundo interior, dejando a un lado todo su virtuosismo a la guitarra en busca de la melodía. Una melodía concebida a través de todos y cada uno de los sonidos que se incluyen en este album, y con la que simplemente pretende "contar una única historia tanto instrumental como poéticamente", según afirmaba el músico neoyorquino de nacimiento y angelino de adopción.

The Empyrean es sin duda uno de sus trabajos más arriesgados, alejado incluso del sus anteriores trabajos, pero no deja de contener la esencia de su música, una esencia que se revela apasionante desde la sobrecogedora opertura que lleva por título Before the beginning, 9 minutos de melodía pura y dura a la guitarra y que ponen los pelos de punta, hasta el psicodélico broche de After the ending al más puro estilo Frusciante.

Colaboraciones que no podían faltar como las de su band mate Flea, cuyo bajo llega a sobrepasarle en temas como God (esos son los riesgos de tener por amigo a uno de los mejores bajistas de la historia), la ya habitual de Josh Klinghoffer, y otras más sorprendentes como las del que fuera guitarrista de The Smiths Johnny Marr y el coro de gospel Donald Taylor and the New Dimension Singers en el tremendo tema doble Dark/Light.



De las letras sólo se puede decir una cosa, verdadera poesía directamente desde el alma del autor. De la voz, que continúa la progresión ascendente de Frusciante, que se atreve por primera vez con registros mucho más graves de los que nos tenía acostumbrados (increíble voz, algo que pocos habrían afirmado por el 91 con esos célebres coros de If you have to ask o Sir Psycho Sexy).

Temas que recuerdan a los más recientes Chili Peppers como God o incluso Enough of me (de la que sólo puedo decir que si no es una canción perfecta es sólamente porque no existen las canciones perfectas), canciones que siguen la linea de trabajos anteriores como Unreachable, que suena casi al enorme Shadows collide with people (quien haya escuchado el disco comprenderá de verdad el elogio), e incluso una versión de Song to the siren de Tim Buckley.



Rock experimental y psicodélico pero con los pies en el suelo. Múscia conceptual tan elaborada como cercana. Mil capas de sonidos que se entrelazan formando una única melodía. Retazos de virtuosismo pero absolutamente alejados del mero lucimiento. Música y poesía unidas para contar una historia. Simplemente John Frusciante, uno de los grandes músicos de nuestros días. Sin duda habrá que ocuparse del resto de sus discos, pero eso será en próximas entregas.

Web oficial de John Frusciante (merece la pena leer lo que el creador dice acerca de su creación)