BIBA EL DUBEDÉ MUSICAL

No seré yo quien cargue contra las descargas de Internet. En realidad (y eso que quede entre nosotros amigos lectores) yo soy el primero que... digamos... utiliza la red para acceder a todo tipo de contenidos culturales (de gratis pero shhhhhhh...). Aunque claro, tengo que confesar que a veces... bueno... que difícil es esto... bueno, ahí va, a veces compró discos. Si amigos, a veces compro discos, pero no es que sea tonto, es que cuando los ves ahí en la tienda, en su caja de mil colorinchis, con una pegatina que pone ¡oferta!... me cuesta mucho resistirme. Sobre todo con determinados artistas. La verdad es que sería capaz de comprarme cualquier caja cuadrada de plástico que pusiera Red Hot Chili Peppers.

Lo sé, lo sé. Pero si hoy en día no tenemos la necesidad ni de esperar a que se descarguen las canciones. ¡Si está todo en Internet! Música, películas, libros... cualquier día saldrán impresoras que impriman ya en lienzo y podremos tener nuestro propio Louvre en casa, y por la cara. Pero que quieren amigos, me encanta ese ritual de ir a la tienda, mirar, mirar y mirar, y tras tener que decidir entre comer o los 6 discos sin los que ya nunca más podré ser feliz, gastarme los cuartos y volver a casa corriendo para disfrutar de ese extasis musical que sólo consiguen los discos a los que acabas de quitar el plático.

Pero si hay algo que de verdad creo que es insustituible, por mucho Internet que argumentéis, son los DVDs musicales. Youtube es un gran invento, pero el DVD no se cuelga, tiene una calidad de imágen y sonido bastante superior, y sobre todo lo demás, ¡No hay que esperar a que cargue! ¿Increíble verdad? Si unimos todo esto a un buen directo de cualquier artista, o si me apuráis, una buena recopilación de video clips, el resultado es... venga, si es de lógica... si P entonces Q y no R. ¡Sí, habéis acertado! Horas y horas de diversión sin límites.

Lo cierto es que a día de hoy, en estos tiempos de crisis que nos toca vivir, se me ocurren pocas inversiones mejores que un directo de cualquier artista en DVD. Por unos 20 eurillos te puedes llevar a tu casa a tus artistas favoritos tocando una y otra vez, sin descanso, sin empujones, si olor a sudor, y sólo para ti. Entrevistas, backstage, tonterías en general... ¿Alguien da más?

Amigos, no os gastéis el dinero en drogas, o si lo hacéis, que sea para disfrutar más de vuestros artistas favoritos tocando en vuestro salón. Otro día os recomendaré alguno de los directos que más odian mis vecinos.